Una opción muy acertada
Una opción de bajo coste, sostenible y original
La xerojardinería es un término que se aplica a los jardines proyectados para que su consumo de agua sea mínimo, basándose en el diseño de espacios y en la agrupación de especies con necesidades de agua similares. Una disciplina que surgió durante las graves sequías sufridas al oeste de EE.UU. en los años 70, propiciando esta nueva corriente para construir jardines de bajo consumo de agua. En España, la xerojardineria también tuvo gran difusión pero ya en los 90, debido a la fuerte sequía que afectó a la Península durante esos años.
El término xerojardinería viene del griego xeros, que significa seco puesto que la idea principal de estos jardines es hacer un uso racional del agua de riego evitando el despilfarro. Pero el ahorro de agua no es el único importante, también tiene un sentido ecológico, puesto que se apuesta por el uso de productos, abonos e insecticidas naturales, poco gasto de combustible y también el reciclaje. Este tipo de jardinería es muy recomendable para jardines urbanos, puesto que están totalmente diseñados para ahorrar trabajo y recursos desde su planificación.
Un jardín diseñado y mantenido con criterios de uso eficiente del agua consume tan sólo una cuarta parte del agua de riego que se gasta en un jardín convencional. Además, se trata de jardines muy ricos en flora y fauna puesto que están realizados en su mayoría con especies autóctonas adaptadas ya a unas condiciones específicas de insolación, humedad, temperatura y disponibilidad de agua.
También hay que darle mucha importancia a los diferentes tipos de pavimentos y suelos. Entre ellos se pueden destacar: los cantos rodados que nos sirven para delimitar zonas al mismo tiempo que retienen la humedad del terreno, las cortezas de pino para conservar la humedad al suelo, la arena de álamo, un tipo de tierra de colores muy vivos que resaltan las plantas que lo rodean, y las grabas decorativas con las que hacer originales diseños y que también preservan la humedad. Además, siempre se puede optar para diseñar con rocas, formando llamativas rocallas lo que nos permitirá un ahorro en especies vegetales.
Los xeorjardines pueden convertirse en una opción con tanta riqueza y vida que los jardines habituales, aunque con menos agua. Suelen tener una elevada diversidad de plantas y ambientes de gran atractivo para la fauna silvestre: árboles, arbustos, rocallas, zonas de plantas aromáticas, tapizantes y recubrimientos vegetales e inorgánicos, entre otros. Además, las especies de plantas autóctonas proporcionan alimento y refugio a un mayor número de especies silvestres, entre ellas numerosas aves, insectos y mariposas. En definitiva, todo un paraíso de biodiversidad al alcance de nuestra mano.
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